Las crisis marroquíes
La primera crisis
marroquí (1904-1906)
Estalló por la pretensión
francesa de crear un protectorado en Marruecos a lo
que se opusieron Alemania y España, que también tenían intereses en la zona.
Alemania vio
la oportunidad de frenar la expansión colonial francesa y obtener para sí
ganancias territoriales. Por su parte Inglaterra transigió con
las aspiraciones de Francia a cambio de la renuncia de ésta a intervenir
en Egipto, en tanto que España obtuvo el visto
bueno francés para actuar en una pequeña parte del territorio marroquí.
Pero Alemania se erigió en garante de la independencia de
los gobiernos locales frente a las pretensiones imperialistas francesas,
originando fuertes desavenencias.
En marzo de 1905 el emperador Guillermo II visitó la ciudad
marroquí de Tánger. El hecho elevó hasta su cénit la tensión entre
germanos y franceses, que a punto estuvieron de enzarzarse en una guerra.
En 1906 se celebró
la Conferencia de Algeciras. En ella participaron
numerosas potencias y se logró aliviar transitoriamente el riesgo
de conflicto. Se admitió la formal independencia de Marruecos bajo
la soberanía del sultán Muley Hafiz, pero en realidad el territorio se mantuvo
bajo la tutela francesa. En correspondencia se permitió
el libre comercio a todas las potencias. España consiguió
mantener sus aspiraciones sobre el norte de la cordillera del Rif y organizó
formalmente el área como protectorado en 1912; Francia ya lo había hecho
anteriormente con sus territorios
La primera crisis
marroquí desató las alarmas ante un posible conflicto
internacional ya que en 1904 Francia y Reino Unido habían
suscrito un pacto, la “Entente Cordiales”, ampliado en 1907
con la incorporación de Rusia (Triple Entente). Un
conflicto entre Francia y Alemania hubiese supuesto una guerra de proporciones
incalculables.
La segunda crisis marroquí (1911)
Se originó tras la acusación efectuada por Alemania de que
Francia había trasgredido el Acta de Algeciras.
El envío de un buque de guerra germano (el Panther) al
puerto de Agadir como medida de presión para hacer valer sus
exigencias territoriales, desencadenó una segunda crisis internacional.
rancia,
apoyada por Gran Bretaña, se doblegó finalmente a las pretensiones
germanas, cediendo parte del Congo a cambio
de gozar de total libertad de acción en Marruecos.
La segunda crisis
marroquí exacerbó los ánimos nacionalistas de franceses y
alemanes y despejó el camino hacia la guerra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario